El verdadero poder del Homo sapiens radica en su capacidad única para crear y creer en realidades imaginadas. Esta habilidad permitió la construcción de mitos, religiones, sistemas económicos y estructuras sociales complejas que facilitaron la cooperación a gran escala, algo sin precedentes en la historia de la evolución.

La transición de la vida nómada a la agricultura, tradicionalmente considerada como un avance positivo, se presenta como una "trampa dorada" que, si bien permitió el crecimiento poblacional y el desarrollo de civilizaciones, también introdujo desigualdades sociales, enfermedades y una vida más laboriosa para la mayoría de la población.

La combinación del capitalismo con el desarrollo científico ha creado un sistema global interconectado que, por primera vez en la historia, amenaza con transformar la propia naturaleza humana a través de la biotecnología y la inteligencia artificial, planteando dilemas éticos fundamentales sobre nuestro futuro como especie.